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Así se preparan los jugos más tradicionales de Guayaquil
Descubre los dos jugos que conquistan las calles de la ciudad: coco y caña.

María Fernanda Salas

Guayaquil es una ciudad ardiente. Ese sol que hace fruncir el ceño a más de uno es el mismo que le da vida a las calles, donde el guayaquileño trabajador siempre encuentra la manera de refrescarse o refrescar a los demás. Porque aquí, entre el bullicio y la calidez, hasta un vasito de cola helada se vuelve un alivio. Pero hay dos bebidas que no fallan cuando el calor aprieta: el tradicional jugo de coco y el jugo de caña, dos clásicos que se antojan en cualquier esquina.
El agua de coco, conocida como “la bebida deportiva de la naturaleza”, no solo es deliciosa sino también nutritiva. Su sabor dulce y ligero la convierte en el mejor remedio contra el calor. Muchos guayaquileños la disfrutan directamente del coco, mientras otros la prefieren más cremosa, convertida en un juguito.
Por otro lado, el jugo de caña de azúcar es una tradición que se mantiene viva desde tiempos antiguos. Este jugo verde claro y espumoso, además de ser refrescante, tiene alto contenido de fibra vegetal y minerales como hierro y zinc, ideales para hidratar el cuerpo y recargar energía.
Receta del jugo de coco

Ingredientes
- 2 tazas de coco rallado
- 4 tazas de agua de coco
- 2 gotitas de esencia de vainilla
- Leche condensada al gusto
- 1 taza de hielo
Preparación
- Coloca en la licuadora el coco rallado, el agua de coco, la vainilla, la leche condensada y el hielo.
- Licúa todo hasta obtener una mezcla suave y cremosa.
- Sirve bien frío y disfruta de su frescura tropical.
Receta del jugo de caña

Ingredientes
- 2 cañas de azúcar medianas
- Hielo al gusto
- Jugo de limón o mandarina
- Un trozo de caña pelada para decorar
Preparación
- Tritura las cañas en un pequeño molino o extractor hasta obtener su jugo.
- Cuélalo, agrega hielo y unas gotas de limón o mandarina para darle un toque cítrico.
- Sirve al instante, ya que este jugo se oxida rápidamente por su contenido de hierro.
En cada sorbo, estos jugos cuentan la historia de una ciudad que nunca se detiene, donde el calor no es obstáculo sino motivo para disfrutar de lo nuestro. Así es Guayaquil: intensa, sabrosa y refrescante, como un buen vaso de jugo de coco o caña en medio del sol. (I)

María Fernanda Salas
Joven periodista apasionada por la profesión y amante de la repostería. Explora el mundo de las cocinas para crear historias deliciosas que fusionen su pasión por la escritura con su amor por los sabores.