No es chef, pero ama cocinar y el rock ’n’ roll

Su afición por la cocina surgió de la manera más sencilla: luego de ver en la televisión la preparación de una mayonesa de curri, Antonio Hanna de las Salas se propuso el reto personal de intentar replicar la receta, sin tener conocimiento alguno de cocina. Tras varios intentos, porque siempre se le cortaba, logró el resultado esperado.

‟Hasta el día de hoy soy así: se me mete algo en la cabeza y estoy dale y dale, prueba y error hasta que salga”

Antonio Hanna

El empresario, de 51 años, y además músico apasionado, desde hace casi 25 años es baterista de la banda guayaquileña Los Intrépidos, con quienes próximamente lanzará un nuevo disco.

Pero ¿cómo surgió este escenario? Él relata que luego de la muerte de su padre, con su madre fuera del país por largas temporadas y consumiendo platillos compuestos de enlatados y menús de restaurantes, llegó a extrañar la comida casera, así que un día, acostado en su cama haciendo zapping, se detuvo en Gourmet Channel. 

“Me quedé viendo y dije: ‘Oye, ha sido fácil, lo voy a intentar’. Y eso fue, y ahí yo me enganché”, comenta Antonio. Y así, hace 20 años, en una época cuando las redes sociales todavía no alcanzaban la cúspide, optó por ser autodidacta, leer y seguir programas de televisión para aprender y experimentar con diferentes recetas.

Pero no fue sino hasta después de casarse que se involucró de lleno en el tema gastronómico, adquirió muchos libros, investigó sobre la cocina de vanguardia y tomó talleres para conocer las técnicas de chefs experimentados, entre ellos en la Basque Culinary Center y en La Escuela de los Chefs. “Lo principal de un cocinero es aprender técnicas, y en eso me baso yo”, agrega, y comenta que su principal juez es su esposa, Mariela.

Y es precisamente junto a ella que disfruta sus experiencias foodie y con quien guarda una hermosa anécdota de su época de novios. La invitó a cenar a un hermoso y lujoso restaurante que resultó ser su casa decorada con mucho detalle. La cena comprendía lomo al curri; ensalada de uvas verdes, nueces y aceto balsámico con yogur; y de postre, volcán de chocolate, todo preparado con sus propias manos. Y en aquel romántico ambiente, a la luz de las velas, le propuso matrimonio. De aquella experiencia ya son 15 años y 3 hijas. 

Involucrado con la música y el negocio del entretenimiento, ha estado al frente de recordados lugares, como Kafe Club, La Créme, Gulligans, Apu Machay, Bar 69, Buddha Bar y Kamikazze, y no descarta la idea de algún día abrir un negocio vinculado con la gastronomía. 

Actualmente, Antonio es capaz de preparar una variedad de recetas, pero se inclina por los mariscos y gastronomía oriental y asiática, sabores intensos relacionados con esta cultura. 

Comparte sus preparaciones en redes sociales, como Instagram (@chefbuman), donde describe que no es chef ni cocinero, pero le encanta cocinar y el rock ’n’ roll. Al culminar cada uno de sus videos, su inconfundible frase «¡Qué belleza, pues!» deja claro que cada una de sus preparaciones es maravillosa. “Quiere decir que está como tiene que estar, ni más ni menos. Eso es lo que quiero transmitir”, explica.

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