Menestra con costillas y… limón

Hace unos días, la usuaria de Twitter @danielitaCastr0 contaba cómo le había dolido leer una historia de alguien que aseguraba haber comido en La Menestra de Pocha y que no le había parecido “nada del otro mundo. La menestra media dulce y las costillas equis. No dan ni limón para mejorarlas…”, pero rescataba los patacones.

La misma usuaria, hija de los dueños de dicho local, añadía: “La gente es mala, ¿tienes idea del logro que es vender en una ciudad llena de delincuencia, con fenómeno de El Niño y los precios de ingredientes de calidad por los cielos?”. Desde ese momento, el tuit ha tenido casi 327.000 visualizaciones y más de 600 respuestas de personas que han dado su opinión al respecto, en su mayoría apoyando a quien lo publicó y al restaurante.

La Menestra de Pocha es un negocio de arroz con menestra de frejoles y lentejas, acompañado con pollo, carne, chuleta, costilla, hígado o lomo de cerdo a la parrilla, y de patacones con ‘salsa de la Pocha’, bastante popular. Ubicado en el sector de La Atarazana, en el norte de Guayaquil, funciona desde 1998 y ha ganado reconocimiento como uno de los lugares emblemáticos de comida típica. Incluso, fue la hueca ganadora de la primera edición de la Feria Gastronómica Raíces, organizada por el Municipio de Guayaquil, en 2015.

Twitter aguanta todo

Con un vistazo rápido por redes sociales es fácil encontrarse con comentarios sobre lugares de comida y productos. Hay de todo: desde felicitaciones, sugerencias, quejas, reproches, reclamos y hasta llamados a la censura. ¿Hay un límite para expresar libremente estas opiniones? Y si lo hay, ¿cuál es?

Quizás el punto de partida debería ser no mentir, dañar y perjudicar a quien se critica. Y como decían antes: si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada. O brilla sin apagar la luz de los otros, como se leía en varias respuestas al tuit que empezó todo.

También es cierto que hay comentarios que no hacen nada de lo dicho antes, pero ofenden porque son recibidos con mayor o menor sensibilidad. Aquí tal vez aplica el “soy responsable de lo que digo, pero no de lo que interpretas”.

En todo caso, este tema le dejó a La Menestra de Pocha muchos mensajes de apoyo y de reconocimiento, incluso algunos en los que aseguraban que prefieren otras menestras, pero respetan su trabajo. Y otros de quienes quieren ir a probar después de haber sabido del lugar. Y el del ministro de Turismo, Niels Olsen, quien sentenció: “Como máxima autoridad del turismo, decreto que La Menestra de Pocha es tradicionalmente deliciosa”.