Platos Ecuatorianos
Guaguas de pan: compañeras inseparables de la colada morada
Tan populares como la famosa bebida insigne del Día de los muertos, estas figuras de pan llenas de color no les son ajenas a nadie e invaden las panaderías en esta época del año.
Alexandra Zurita
Si hay una celebración de gran impacto en Ecuador, ese es el Día de los Fieles Difuntos, que se conmemora cada 2 de noviembre y moviliza a miles de personas a sus ciudades de origen para visitar a sus familiares ya fallecidos, sin importar lo lejos que deban trasladarse.
Parte de esa festividad, así como de muchas otras, es la comida. En este caso, la colada morada y las guaguas de pan son el símbolo de la fecha y llevan consigo una larga historia de tradición y cultura.
Las guaguas de pan son pequeñas figuras elaboradas de pan con forma de niños o muñecos, sin brazos ni piernas, decoradas con pasta de azúcar de colores para darles un rostro y vestimenta. Su nombre viene de los términos wawas de pan o tantawawas, que en quichua significa bebé o infante.
Había una vez…
Aunque por su nombre las relacionamos con niños, el origen de estas no tiene vínculo con ellos. Se sabe que en la antigüedad, cuando moría un cacique en las comunidades indígenas, este era momificado y su cuerpo paseado alrededor de la comunidad. Cuando llegaron los españoles, esta costumbre fue prohibida y, en su lugar, comenzaron a hacer representaciones con comida para rendir homenaje a sus muertos. Por ello, las guaguas no tienen brazos, pues se asemejaban al cuerpo envuelto en una mortaja.
El origen prehispánico de estos panes está en la cultura Quitu-Cara, que los usaban en la celebración aya marca quilla, en la que se rendía homenaje a los antepasados. Los indígenas de este grupo los comían con la colada morada que en esa época se hacía con sangre de llama.
Las primeras guaguas no eran como las de hoy. Eran hechas con zapallo hasta que llegó el trigo con la conquista. Se llamaban pan de finados o pan de muerto, no eran dulces y no tenían decoraciones con azúcar, sino con el hollín del horno de leña en que se cocinaban, pues antes era un pan por el luto.
En el libro El sabor de la memoria, su autor –el historiador Julio Pazos– señala que la guagua de pan tal como la conocemos hoy nació a mediados del siglo XIX y no solo se hacían figuras de niños, sino también de palomas y soldados.
Aunque es un producto propio de la festividad de los fieles difuntos, en la provincia del Azuay también es posible disfrutar de las guaguas de pan en el mes de diciembre por las fiestas del Pase del Niño y en las celebraciones alrededor de pesebres.
Un pan serrano que conquistó a los costeños
Hacer guaguas de pan era una tradición familiar para compartir con los amigos en casa o al visitar a los difuntos en el cementerio, eso sí, siempre acompañando la colada morada.
Con los años, alrededor de 1980, se la hizo dulce y llena de color, con lo que se volvió comercial y ahora es infaltable en las panaderías de barrio y en los canastos de vendedores ambulantes, pero también en cafeterías y restaurantes de prestigio.
Aún existen zonas, de la Sierra principalmente, donde la gente se acerca a los cementerios el 2 de noviembre llevando su colada morada y guaguas de pan para compartir en familia alrededor de la tumba de su familiar fallecido.
Incluso, en los exteriores de los cementerios hay vendedores de guaguas, algunas de ellas de gran tamaño y preparadas para dejarlas en las tumbas junto con otros alimentos, pero no para comerlas.
La costumbre de las guaguas de pan no es exclusiva de la Sierra ecuatoriana, pues en la Costa es un producto común en las últimas semanas de octubre y principios de noviembre.
El hecho de que sea un pan dulce ha contribuido a su popularidad, especialmente gracias a sus rellenos de manjar, crema pastelera, mermeladas, crema de avellanas, chocolate, dulce de guayaba y más.
Por eso, en esta época existen concursos para elegir las mejores tanto por su sabor como por su decoración, y ya no es un producto exclusivo para la casa: muchos compañeros de oficina las compran entre todos para disfrutarlas previo al inicio del feriado de noviembre.
La decoración vistosa de las guaguas se asemeja a la vestimenta típica de los indígenas de la Sierra ecuatoriana. Su gran significado y simbolismo en la gastronomía y cultura del país las ha hecho merecedoras de ser consideradas Patrimonio Inmaterial Culinario nacional.
Alexandra Zurita
Periodista con más de 20 años de experiencia, 10 de ellos en contenidos gastronómicos. Sin recetas secretas frente al teclado, escribir nunca supo tan bien como ahora.