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Lasaña, un símbolo de la cocina casera y de celebración

Este plato que es un clásico de la cocina italiana y de muchos hogares tiene su día mundial. Es un homenaje a uno de los platos más queridos y versátiles de la gastronomía que ha conquistado paladares en diversos rincones del planeta.

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Alexandra Zurita

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La lasaña es un plato de pasta al horno que se caracteriza por sus capas de pasta, salsa y rellenos diversos. Tradicionalmente, se usa pasta de lasaña (hojas anchas y planas), salsa de carne (ragú), salsa bechamel o de queso, y queso rallado. Cada capa se monta con cuidado para crear una estructura rica y sabrosa que se hornea hasta obtener una textura dorada y burbujeante. 

Aunque la palabra “lasaña” proviene del griego leganon, una mezcla de harina y agua cocida en capas, el plato tal como lo conocemos hoy en día tiene raíces en la cocina italiana. Se cree que los romanos ya preparaban un plato similar a la lasaña con capas de pasta y carne, pero la lasaña moderna comenzó a tomar forma en la región de Emilia-Romana durante la Edad Media. 

En Italia, este es un plato que ha evolucionado a lo largo de los siglos y cada región tiene su propia versión. La receta tradicional más conocida es la boloñesa, con ragú de carne, aunque la lasaña de verduras también es muy popular. 

En Italia, donde cada región del país tiene su propia versión, la lasaña es un símbolo de la cocina casera y de celebración, muchas veces preparada para reuniones familiares y fiestas. En Estados Unidos, donde es sumamente popular en cenas familiares, eventos y restaurantes, se ha convertido en un plato icónico de la cocina ítalo-americana. ¿El porqué de su popularidad? Su facilidad para servir a grupos grandes y su capacidad para ser preparada con antelación.

Preparar una lasaña de receta original 

Es una receta sencilla que se prepara con ingredientes fáciles de conseguir. Para la salsa de carne o ragú se necesita carne molida de res, cebolla, zanahoria, apio, tomate triturado, vino tinto, aceite de oliva (de preferencia), sal, pimienta y hierbas como albahaca y orégano. Para la salsa bechamel: mantequilla, harina, leche, nuez moscada, sal y pimienta. Y para el montaje se necesita pasta de lasaña, queso parmesano rallado y queso mozzarella

El ragú se prepara sofriendo la cebolla, zanahoria y apio en aceite de oliva. Se agrega la carne y se cocina hasta dorar. Se añade el tomate triturado, el vino, la sal, la pimienta y las hierbas. Se cocina a fuego lento de una a dos horas. 

Para la salsa bechamel se derrite aparte la mantequilla y se añade la harina. Se cocina por unos minutos y luego se incorpora la leche poco a poco. Se cocina hasta obtener una salsa espesa y suave que se sazona con nuez moscada, sal y pimienta. 

Montar la lasaña es fácil: en una fuente para horno se coloca una capa de pasta seguida de una capa de ragú, luego bechamel y queso. Se repiten las capas hasta llenar la fuente y se termina con queso rallado. 

Finalmente, se cocina en un horno precalentado a 180 °C durante 30 a 45 minutos o hasta que esté dorado y burbujeante. 

Los secretos para una buena lasaña 

  • Usar ingredientes frescos porque la buena calidad de los ingredientes, especialmente el queso y la carne, hace una gran diferencia. 
  • Precocinar la pasta para evitar que esta absorba demasiado líquido durante el horneado. 
  • Dejar reposar la lasaña por al menos 15 minutos después de sacarla del horno para que las capas se asienten y sea más fácil de cortar. 

Para disfrutar la lasaña…

  • Quesos recomendados: parmesano, mozzarella y ricota son los clásicos, pero el queso gruyère o fontina también pueden aportar un sabor adicional interesante. 
  • Vinos o bebidas: un vino robusto como Chianti o Pinot Noir son una buena opción. Si se prefiere algo sin alcohol, agua con gas con un toque de limón es una buena opción. 
  • Para acompañar: una ensalada fresca o una focaccia al romero son ideales. 

Para la lasaña vegetariana se sustituye la carne por verduras como espinacas, champiñones o calabacines (zapallo). Para la lasaña de mariscos se usan camarones, pescado o calamares con una salsa blanca, mientras que la lasaña de pollo se hace con pollo desmenuzado con una salsa hecha de crema y vegetales. (I)

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Alexandra Zurita

Periodista con más de 20 años de experiencia, 10 de ellos en contenidos gastronómicos. Sin recetas secretas frente al teclado, escribir nunca supo tan bien como ahora.

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