¿Leche vegetal?, una opción más sostenible y saludable

La leche vegetal es una bebida que se elabora a partir de ingredientes de origen vegetal, como frutos secos, semillas, cereales o legumbres. Aunque se le llama leche, no es un lácteo, sino una alternativa a la leche animal que ha ganado popularidad en los últimos años por sus beneficios para la salud y el medioambiente.

La palabra leche se utiliza por la similitud en color y textura con la leche animal. Sin embargo, a nivel legal y en ciertos países se han creado regulaciones que limitan el uso del término para productos no lácteos. 

De ahí que los encontremos etiquetados como “bebida vegetal”, al ser lo más apropiado para referirse a ellos, pues a diferencia de la leche animal, que proviene de mamíferos, la leche vegetal se produce extrayendo el líquido de plantas o granos y mezclándolo con agua. Esto da lugar a un producto sin colesterol, bajo en grasas saturadas y, generalmente, sin lactosa. 

Cada tipo de leche vegetal tiene su propio perfil nutricional y sabor. Por ejemplo, la leche de almendras es baja en calorías, mientras que la leche de soya es rica en proteínas. La leche de avena es cremosa, con un sabor suave, lo que la hace popular para el café. No obstante, para ser considerada como leche vegetal, la bebida debe cumplir con ciertos estándares que varían según el país. En general, debe ser una emulsión en agua y componentes vegetales y puede estar enriquecida con vitaminas y minerales. 

Un sí para la salud, si se toman precauciones 

La leche vegetal es una opción saludable para quienes buscan reducir su consumo de productos animales o tienen intolerancia a la lactosa. Además, su producción suele tener un menor impacto ambiental en comparación con la leche animal, ya que requiere menos agua y genera menos emisiones de gases de efecto invernadero. 

No solo los intolerantes a la lactosa pueden verse beneficiados por esta bebida vegetal, ya que esta también es:

• Baja en grasas saturadas, mantiene el colesterol en niveles óptimos y ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares. 
• Rica en vitaminas y minerales esenciales, como calcio, vitamina D y vitamina B12, importantes para la salud ósea y general. También contiene antioxidantes, como vitamina E, que ayudan a combatir el daño celular y promueve una piel saludable. 
• Alta en contenido de fibra, en el caso de la leche de coco y de avena, cuya fibra es soluble y beneficiosa para la digestión, ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre y produce sensación de saciedad. 
• Poseedora de proteínas de calidad, como sucede con la leche de soya que contiene todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita, ideal para quienes buscan nuevas fuentes de proteínas, especialmente en dietas veganas y vegetarianas. 
• Apta para personas con alergias alimentarias a la leche de vaca, pero hay que elegir una variedad que no contenga otros alérgenos, como la soya o las nueces, según la alergia específica. 
• Efectiva en el control del azúcar en la sangre por ser baja en carbohidratos, como la leche de almendras o de coco, lo cual es beneficioso para diabéticos. 

Tomar leche vegetal es más amable con el ambiente 

Quienes se apoyan en el hecho de que el consumo de leche y de carne incide fuertemente en los daños contra el medioambiente destacan los distintos beneficios de las bebidas vegetales para ayudar a contrarrestarlos. Entre ellos están: 

• Menor huella de carbono, pues la producción de leche vegetal genera significativamente menos emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con la producción de leche animal. La ganaderˆá es una de las principales fuentes de metano, un potente gas de efecto invernadero, mientras que la producción de leche vegetal es más sostenible y contribuye menos al calentamiento global. 
• Menor consumo de agua, pues la necesaria para producir leche vegetal es mucho menor que la requerida para la leche de vaca. Por ejemplo, se necesitan aproximadamente 1.000 litros de agua para producir un litro de leche de vaca, mientras que para la leche de almendras —una de las que más agua requiere— se usa menos de la mitad. 
• Reducción del uso de tierras, pues para producir leche animal se requieren grandes extensiones de tierra, tanto para el pastoreo como para el cultivo de alimentos para el ganado. La leche vegetal usa directamente los cultivos, requiere menos tierra, ayuda a preservar los ecosistemas y a reducir la deforestación. 
• Menos contaminación y eutrofización (exceso de nutrientes en el agua que provoca la proliferación de algas y la muerte de vida acuática), pues la industria láctea contribuye significativamente a la contaminación del agua por el vertido de estiércol y residuos agrícolas. La producción de leche vegetal tiene un impacto mucho menor en recursos hídricos. 
• Apoyo a la biodiversidad, pues al reducir la demanda de productos lácteos animales se disminuye la presión sobre la ganadería intensiva, responsable de la degradación del suelo y la destrucción de hábitats naturales. La agricultura basada en cultivos vegetales tiende a ser menos intensiva y puede coexistir mejor con el medioambiente. 
• Alternativa más ética, pues la producción de leche vegetal no involucra el uso de animales, lo que evita prácticas que muchos consideran inhumanas en la ganadería industrial. 

¿La leche vegetal es para todos?

Aunque tiene muchos beneficios, no. No es adecuada para todos. Por ejemplo, algunas personas pueden ser alérgicas a ciertos ingredientes, como la soya o las almendras. Además, no todas las leches vegetales son aptas para niños pequeños, quienes necesitan el calcio y las proteínas de la leche animal para un crecimiento saludable. 

¿Puede reemplazar por completo la leche animal?

Si bien la vegetal es una gran alternativa, no siempre puede reemplazar por completo a la leche animal, especialmente en dietas que requieren un alto consumo de calcio y proteínas. Es importante elegir leches vegetales fortificadas y complementar la dieta con otros alimentos ricos en nutrientes. 

¿Por qué tiene su propio día?

El Día de la Leche Vegetal se celebra para concienciar sobre las alternativas a la leche animal y promover una alimentación más sostenible. Surgió como una iniciativa de grupos ambientalistas y de defensa de los derechos de los animales con el propósito de acelerar la transición del consumo de lácteos de origen animal a aquellas alternativas producto de las plantas. (I)