Fiestas
Pan de pascua: la versión sudamericana del «panettone» italiano que endulza la Navidad
Es la época para disfrutar de uno de los productos más consumidos en los últimos días del año.
Alexandra Zurita
En distintos momentos, pero sobre todo en la primera mitad del siglo pasado, los inmigrantes italianos llegaron en gran número a Sudamérica buscando mejores oportunidades de vida y nos trajeron parte de su deliciosa gastronomía.
Algunos platos y productos se fueron adaptando a cada lugar hasta conseguir identidad propia, como es el caso del famoso pan de pascua, una masa dulce parecida a un bizcocho, que contiene frutos secos y frutas confitadas en su versión más tradicional; y manjar, crema de avellanas, chispas de chocolate y más, en las recetas más actuales.
El panettone, ancestro del pan de pascua, llegó a América del Sur con los italianos y fue popularizándose gracias a ellos. En Brasil, por ejemplo, Carlo Bauducco fundó en 1952 la empresa Bauducco, que tiene más de seis mil empleados entre dicho país y los Estados Unidos, y que es la que más panetones produce en el mundo: más de 300 000 toneladas al año.
Sin embargo, el país que más panetones come es Perú, solo por detrás de Italia, con un consumo anual de 1,1 kilos por persona. En este país se puede encontrar el producto durante todo el año y cuando su consumo aumenta es durante las fiestas patrias (julio) y las navideñas.
En Perú, Pietro D’Onofrio fundó una empresa de helados que lleva su nombre, pero su hijo en los años 50 hizo una alianza con la firma milanesa Alemagna para la producción y venta de panettone allí. Y así empezó la tradición.
De panetón a pan de pascua
Chile, Uruguay, Paraguay y Ecuador son algunos de los países en los que también año a año los panetones dominan la escena panadera de la época de diciembre, con la particularidad de que también se le llama pan de pascua.
No hay un dato oficial que explique por qué y desde cuándo se le llama así al panetón en Sudamérica, pero la razón podría estar en la costumbre (un tanto perdida) de felicitar a otros en época navideña con la frase “felices pascuas”.
La pascua no solo se refiere a la resurrección de Jesús, sino también al tiempo de la Navidad hasta el Día de Reyes e, incluso, hasta la venida del Espíritu Santo sobre el colegio apostólico. Por esto, en décadas pasadas era muy común referirse a esta época como de pascua y al ser el panetón un producto para consumir en las fiestas navideñas, no es de extrañarse que se le diera el nombre de pan de pascua para hacerlo también más local, dejando de lado el nombre extranjero (panettone).
El pan de pascua en Ecuador
Todas las marcas comerciales de pan del país lanzan su propio pan de pascua desde hace muchos años y cada vez aparecen nuevas opciones para llegar a nuevos consumidores, incluso en alianza con productos de confitería para crear nuevos sabores.
Las panaderías también hacen lo suyo, así como cocineros y emprendedores del área de la pastelería. Inclusive, quienes se dedican al ramo de la alimentación saludable han ido desarrollando productos que satisfagan a su público. De ahí que ya no es difícil encontrar panes de pascua sin azúcar, sin gluten, veganos, orgánicos o bajos en grasa.
Al igual que el panetón, los panes de pascua más tradicionales contienen nueces, pasas y frutas confitadas. Pero también se pueden encontrar los que solo llevan frutos secos, los rellenos de chocolate, los de masa de chocolate con manjar, los cubiertos con chispas de chocolates y rellenos de manjar y crema de avellana (preferidos por los que no gustan de las frutas confitadas y pasas). Además, los hay con sabor a rompope, a capuchino y a crema de limón.
Independientemente del pan de pascua que se elija, la tradición dice que este debe acompañarse con una taza de chocolate caliente (este es el menú de muchos en la noche previa a la Navidad), pero hay quienes prefieren hacerlo con rompope y muchos que lo comen solo y sin esperar ningún momento especial, pues las fiestas navideñas son la excusa perfecta para darse un gusto y comerlo sin remordimiento. (I)
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Alexandra Zurita
Periodista con más de 20 años de experiencia, 10 de ellos en contenidos gastronómicos. Sin recetas secretas frente al teclado, escribir nunca supo tan bien como ahora.
