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Soufflé de chocolate, un delicioso postre rico en sabor e historia
Este bocadillo tiene su origen en un país europeo muy amante de la gastronomía y se consume desde hace varios siglos. Hoy en día muchos siguen disfrutando de su sabor inigualable.

César Mata

Un postre de aquellos, un bocadillo de época… Y le damos esos calificativos porque literalmente es un alimento cuyo origen se remonta a fines del siglo XVIII, en Francia.
Nos trasladamos al país del amor porque el origen de la palabra soufflé se traduce al verbo souffler que significa soplar o inflar, lo que precisamente le da esa cualidad de textura aireada al volumen del plato que muchos aman degustar.
La primera vez que este plato surgió en la conversación gastronómica fue a finales del siglo XVIII, durante el auge de la innovación culinaria francesa, muy reconocida a nivel mundial. Si bien se desconoce quién fue su inventor, se cree que surgió como resultado de la experimentación y la creatividad en las cocinas de ese país.
Su primera aparición en recetas escritas fue en el libro de cocina de Vincent La Chapelle Cuisinier Moderne, en 1742. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX que los suflés se volvieron populares y se convirtieron en un alimento elemental de la cocina francesa.
Durante esta época, los chefs franceses perfeccionaron el arte de hacer soufflés, experimentando con diversos ingredientes, técnicas y combinaciones de sabores. Así, se convirtió en un símbolo de sofisticación y elegancia culinaria; asimismo adornó las mesas de los aristócratas y la realeza de toda Europa.
¿Qué ingredientes se necesita para hacer un soufflé?
Lo más importante son los huevos, pero no completos, porque lo que le da su apariencia aireada tan peculiar es la utilización de claras de huevo.
Una vez batidos los huevos, la masa del soufflé se vierte en un plato y se hornea hasta que crezca y adquiera un color dorado en la parte superior. El agrandamiento del soufflé se logra mediante la expansión del aire atrapado en las claras de huevo durante la cocción.
Un soufflé bien batido tiene una gran cantidad de burbujas de aire distribuidas de forma homogénea en la mezcla. Durante la cocción, estas burbujas se expanden con el vapor, lo que hace que la masa suba, idealmente hasta sobrepasar el borde del recipiente.
Una vez que el soufflé se saca del horno, comienza a caer: a medida que las burbujas se enfrían, el vapor se transforma en agua, provocando que las burbujas colapsen y el soufflé se vaya desinflando.
Y finalmente los podemos disfrutar como postres, aperitivos o platos principales, dependiendo de lo que tengamos ganas de comer.
Consejos para hacer un soufflé
Incorporar aire
Los mejores ingredientes son de metal
Emplear un molde adecuado
Separar los huevos

César Mata
Periodista de profesión, entusiasta de la cocina y amante de la comida típica guayaquileña. Fue en 2020 cuando se aventuró en este aprendizaje culinario y desde entonces le gusta preparar nuevas recetas para su familia y amigos cercanos.