Apasionados por la Cocina

Un hobbie que se convirtió en su negocio

Tras la llegada de una parrilla a casa, Curro Plaza comenzó a preparar cerdo con cuero crocante hasta lograr la perfección de este plato, muy popular ahora entre sus clientes.

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Cecilia Guevara

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Pero cómo fue posible que alguien sin conocimientos de cocina, hasta hace ocho años, hoy sea el artífice de un delicioso cerdo con cuero crocante.

Aparicio Plaza Loor, conocido como Curro, apodo que fue heredado de su padre -a quien también llamaban así- debido a su gusto por el mundo de los toros, relata que ese estilo de preparar el cerdo lo adquirió luego de mucha práctica, perfeccionándose hasta llegar a lo que es ahora. “Me salió bien desde la primera vez, pero me salió perfecto luego”, expresa con seguridad este ecuatoriano de 49 años.

Así, llegó a convertirse en el cocinero de su familia, llegando a cada reunión o recibiéndolos siempre con jugosos cortes de res o crocantes cerdos. Ver a sus seres queridos deleitados con sus preparaciones, sus gestos de satisfacción y escuchar sus comentarios, lo motivó a compartir sus platos en las redes sociales, se dio cuenta entonces de que había nacido un apasionado, al que le complacía mucho cocinar para los demás.

Siempre me gustó ver los ojos, las expresiones de las personas, su satisfacción con algo que yo había preparado con mis manos, y mis trabajos nunca se habían relacionado con este tipo de reacciones, eran más mecánicos”, cuenta. Por aquel entonces se dedicaba a la venta de utensilios parrilleros y tenía una compañía de transportes, por lo que cocinar, hasta ese momento, era solo un hobby.

Pero el destino tenía preparado una nueva historia para Curro, durante el confinamiento por la pandemia debido al COVID-19, a las puertas de un divorcio, únicamente con la fortaleza y motivación para seguir adelante solo, aprovechó para involucrarse más con la cocina, aquella actividad que disfruta tanto; su cerdo con cuero crocante se convirtió en el protagonista, se difundió rápidamente en redes sociales y grupos de WhatsApp, que la preparación era digna de ser probada. “Ya le había sacado unos costos, y lo gracioso es que ese valor se sigue manteniendo desde la pandemia hasta el día de hoy”, menciona.

“En mi caso fue encontrar un hobby que me despeje del día a día de mis otros trabajos, además de compartir porque el parrillero por lo general siempre comparte, está con la gente, y eso es lo que me gusta”.

Curro Plaza

Gracias a la difusión ‘de boca en boca’ el cerdo crocante de Curro Plaza se dio a conocer entre su círculo cercano, lo que lo mantuvo ocupado durante ese complicado momento. “Eso durante mi encierro fue lo que me dio de comer a mí y a mis hijos y habría que recordar todo lo que significaba eso en ese momento, el encierro, que nadie podía salir, la restricción de horarios, los permisos, etcétera”. Sus jornadas eran extenuantes, empezaban en la madrugada, debido a las extensas horas de cocción que necesitan las carnes en la caja china, una especie de horno para asar lentamente al carbón.

Luego del confinamiento, el número de pedidos se mantuvo, por lo que decidió dar un giro a su antiguo negocio de venta de utensilios parrilleros, que tenía bajo el nombre de Grilling Mafia, y utilizarlo ahora para la línea de comida. El peculiar apelativo fue de invención propia y tiene origen en el deseo de dar un sentido de pertenencia a su marca. “Lo que quiero es que la persona que pruebe mi comida o pruebe mis productos sienta que pertenece a algo, pero que no cualquiera entra”.

Tras un tiempo de planificación, hace poco más de un mes Curro abrió su restaurante en la Piazza de Ciudad Celeste, en el local 49, junto a Servientrega; él opina que el nombre llama mucho la atención, pues generalmente las personas pueden relacionar el término mafia con algo malo o no bien visto, sin embargo para él es sinónimo de pertenencia, una marca varonil que va acorde a la decoración de su local, con tonos oscuros, acabados rústicos y al mismo tiempo cálidos.

Aquel estilo se plasmó con la ayuda del mayor de sus tres hijos, Aparicio, estudiante de arquitectura de 23 años, – quien es conocido entre sus allegados como Currito y en un futuro será el próximo Curro – dice su padre. Juntos se encargaron de dar vida al restaurante Grilling Mafia, donde actualmente trabajan seis personas a su cargo. “Sabíamos exactamente qué es lo que queríamos en tema de concepto, un lugar cálido, elegante, acogedor y que no sea caro, es un doble orgullo poder haber hecho este sueño realidad y que mi hijo haya sido parte”.

Curro Plaza y su hijo Aparicio, futuro arquitecto, crearon el restaurante Grilling Mafia.

La carta, además de su plato estrella, el cerdo con cuero crocante, incluye cortes de res, sándwiches de pulled pork (chancho mechado), hamburguesas, moros, costillas, entre otros. “Me gusta diferenciarme del resto, trato de que las cosas que haya aquí tengan  distintos sabores o cosas que sean exclusivas nuestras; volviendo al sentido de pertenencia, que la gente venga a buscar lo que sabe que no va a encontrar en otro lugar”.

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Cecilia Guevara

Comunicadora social, presentadora y actriz. Entre sus aficiones están cocinar y tener nuevas experiencias gastronómicas que incluyan mariscos, carnes y el maridaje adecuado.

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