Conozca más sobre el Croissant, un deleite francés que conquista paladares a nivel mundial

El Día Internacional del Croissant se celebra cada 30 de enero para rendir homenaje a uno de los más famosos y deliciosos dulces de la repostería francesa.

El croissant es un tipo de pan hecho de masa de hojaldre, caracterizado por su forma de media luna y su textura hojaldrada y crujiente. Aunque se considera un símbolo de la gastronomía francesa, su origen se remonta a Austria, donde se solía consumir un tipo de pan llamado Kipferl que servía como alimento básico para las personas.

Según varios expertos en cocina internacional, la llegada del croissant a Francia se produjo en el siglo XVII, cuando la reina María Antonieta, originaria de Austria, introdujo este delicioso manjar en la corte francesa. Desde entonces, el croissant se ha convertido en uno de los iconos de la cocina francesa y en uno de los productos más apreciados y reconocidos a nivel mundial.

La chef machaleña Ana Belén Vélez cuenta que el croissant se consume en todo el mundo y se ha popularizado en diferentes variantes, como el croissant de chocolate o el croissant relleno. «Es común encontrarlo en la mayoría de las panaderías y cafeterías, y se considera una opción deliciosa para el desayuno o la merienda».

En el Día Internacional del Croissant, se celebra esta deliciosa joya de la repostería francesa alentando a las personas a disfrutar de un buen croissant y a compartir sus experiencias en redes sociales utilizando el hashtag #DiaInternacionalDelCroissant. Es una oportunidad para apreciar la calidad y el sabor de este bollo tan especial y para reconocer su importancia en la cultura gastronómica francesa y más allá.

¿Cómo hacer croissants en casa?

Hacer croissants en casa puede ser una tarea gratificante, aunque lleva tiempo y paciencia debido a la elaboración de la masa laminada. La chef Vélez comparte una receta básica con los ingredientes necesarios:

Ingredientes:

Para la masa:

• 2 tazas (500 g) de harina de todo uso
• 1/4 taza (50 g) de azúcar
• 1 1/4 cucharaditas de sal
• 1 1/4 tazas (300 ml) de leche tibia
• 1 paquete (7 g) de levadura seca activa
• 1 1/4 tazas (285 g) de mantequilla sin sal, fría

Para laminar la masa:

• Harina extra para enharinar la superficie de trabajo
• 225 g de mantequilla sin sal, fría (para el bloque de mantequilla)

Otros ingredientes:

• 1 huevo (para el glaseado)
• Agua (opcional, para diluir el huevo)

Preparación:

1. Disolver la levadura en la leche tibia y dejar reposar durante unos minutos hasta que se active.
2. En un tazón grande, mezclar la harina, el azúcar y la sal. Agregar la levadura activada y mezclar para formar una masa.
3. Extender la masa en una superficie enharinada en forma de cruz, con un espesor uniforme.
4. Colocar la mantequilla fría entre dos capas de masa y doblarla para formar un paquete.
5. Estirar y plegar la masa varias veces para crear capas. Refrigerar entre cada pliegue.
6. Después de varios pliegues, dejar reposar la masa en el refrigerador durante al menos 1 hora o hasta que haya duplicado su tamaño.
7. Extender la masa en una lámina delgada y cortar triángulos.
8. Enrollar cada triángulo desde la parte más ancha hacia la punta para formar los croissants.
9. Colocar los croissants en una bandeja para hornear, dejar reposar y luego pincelar con huevo batido.
10. Hornear a 190°C durante aproximadamente 15-20 minutos o hasta que estén dorados.

¡Disfruta tus croissants caseros! Ten en cuenta que esta es una receta básica, y hay variaciones y técnicas adicionales que podrías explorar según tus preferencias.