Cuando el spritz conquistó el mundo y llegaron las “spritzerías”

Cuando parecía que el gin tonic se había convertido en el preferido de muchos bares, discotecas, restaurantes y reuniones, hizo su entrada triunfal el spritz, ese refrescante trago largo italiano, de intenso color anaranjado y sabor ligeramente amargo que en países de Europa es tomado como aperitivo. 

Su auge se da a partir de 2003 cuando el Grupo Campari adquirió la marca Aperol (un famoso licor que sirve como ingrediente del spritz), y cinco años más tarde lanzó una intensa campaña de Aperol Spritz, el nombre que desde entonces se ha instalado en la mente de la gente para referirse a la bebida, primero en Italia y luego en el resto del mundo. 

El spritz puede tener varias formas de prepararse, depende de quien lo hace; pero el clásico contiene un ingrediente gaseoso (agua mineral con gas o agua de seltz), un alcohólico y un amargo, es decir, soda y prosecco con Aperol, Campari o un bitter de Luxardo. 

La bebida lleva mucho hielo, una rodaja de naranja y como opción se puede añadir ginebra. Lo fundamental es usar una copa grande, tipo balón, y que el prosecco esté muy helado antes de prepararlo. 

Un toque austriaco, un toque alemán y mucho de italiano

La palabra spritz podría proceder del término austriaco-alemán spritzen, que significa rociar, algo que se hace con el agua con gas para rebajar el contenido alcohólico de la bebida, cuya graduación se encuentra alrededor del 15 %. 

Su origen es veneciano y data de hace cien años, inspirado en una bebida del siglo XIX que tomaban los soldados del imperio austriaco, quienes rebajaban el contenido alcohólico de los vinos venecianos con un toque de agua de seltz o agua carbonatada. 

Su vinculación con el Aperol –licor con una mezcla de hierbas y raíces amargas, creada para el aperitivo en 1919 y que se hizo popular en los años de la posguerra en los cafés de Padua y los bares de Venecia– se dio en los años 50, época en que apareció el primer anuncio de la marca en la televisión italiana. 

Desde siempre, el Aperol Spritz tuvo una imagen cosmopolita, vinculada al arte, la música y el espíritu alegre, con un éxito tal que logró desplazar a otros cocteles y bebidas. Por eso no es de extrañarse que en Venecia y en la zona del Véneto, en Italia, los bares lo hayan convertido en su bebida insignia. 

El lugar para los amantes del spritz

Fue justamente ese impacto lo que llevó al Grupo Campari a crear bares y terrazas solo de Aperol Spritz. El primero, naturalmente, en Venecia, donde la popular bebida se marida con sardinas en saòr, bacalao salado, vovetto y albóndigas de atún o berenjena, platos famosos de la ciudad. 

En este lugar, así como en otros que se abrieron en diferentes ciudades más adelante, se reúnen los grupos de jóvenes y no tan jóvenes para el lunch, después de la oficina o en la noche. Se hacen también eventos privados,  cumpleaños y fiestas. En el de Venecia se organizan, además, paseos en bote por los famosos canales de la ciudad. 

Estos bares y terrazas de Aperol Spritz, así como espacios pop up,  se encuentran por toda Italia y en Madrid, Barcelona, Londres, París, Bogotá, Ciudad de México y muchas otras ciudades del mundo que disfrutan de un spritz en el brunch, en el almuerzo, a media tarde o en la noche… no hay horario para uno. 

Pese a ser una bebida fría de gran éxito en el verano europeo, en invierno no es la excepción y  las “spritzerías” continúan abiertas hasta la medianoche. Y es que su halo de modernidad y sofisticación se ha traducido en una historia de éxito que pocas marcas de licor pueden presumir. 

El Aperol Spritz es la bebida alcohólica más famosa de Italia. En un principio fue gracias a su bajo contenido de alcohol, lo que atraía a mujeres y deportistas. Luego, la publicidad le permitió convertirse en un fenómeno cultural.