Platos Ecuatorianos

Helados de Salcedo: el legado de una monja que se vende por todo el país

Son un distintivo de esta localidad de la provincia de Cotopaxi y gracias a los emprendedores que han visto en ellos una oportunidad de negocio, todos pueden disfrutar de estos refrescantes helados en locales distintos y comprarlos en supermercados.

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Alexandra Zurita

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Los helados de Salcedo son una delicia artesanal y un ícono gastronómico de San Miguel de Salcedo, una localidad en la provincia de Cotopaxi, en la Sierra ecuatoriana. Estos helados se destacan por sus llamativos colores y variados sabores que van desde frutas tropicales hasta combinaciones más exóticas y experimentales. 

Su preparación es un proceso artesanal que ha sido perfeccionado durante algunas décadas. Originalmente la receta consistía en congelar jugos de frutas en capas, esperando a que cada una se solidifique antes de añadir la siguiente. 

Esta técnica permitía obtener un helado con varios sabores en una sola paleta, que pueden ser papaya, piña, naranja, taxo, mora, tomate de árbol, guanábana y más. Aunque en la actualidad existen algunas fábricas que han industrializado el proceso para satisfacer la demanda nacional, en el centro de Salcedo se mantiene la elaboración artesanal. 

Una receta que nació con un espíritu solidario

La historia de los helados de Salcedo se remonta a la década de 1950 y está íntimamente ligada a la Fraternidad de las Hermanas Franciscanas, quienes llegaron a Salcedo en 1935. Buscando formas de financiar la educación y apoyar a las familias de escasos recursos, la hermana Rosa María Durán tuvo la idea de crear jugos de frutas congelados. 

Es tal la aceptación de estos helados, que se exportan a otras naciones. Foto: Archivo EL UNIVERSO

Su iniciativa rápidamente ganó popularidad y con el tiempo se convirtió en una tradición apreciada no solo por los locales, sino también por visitantes de otras regiones del país y por extranjeros. 

El éxito inicial de los helados hizo que la Hermana Rosa María compartiera su receta con otros emprendedores locales, lo que permitió que muchos se dedicaran a su fabricación y comenzaran su pequeñas empresas. Y aunque la producción se ha modernizado, la esencia y el espíritu artesanal original del helado se mantiene.

Hoy en día, los helados de Salcedo se encuentran disponibles en tiendas y mercados locales, así como en supermercados de todo el Ecuador. Además, hay cientos de carretillas y puestos móviles en los que se venden en puntos diversos. Por ejemplo, en Cuenca, al recorrer la Panamericana, se puede encontrar vendedores ofreciendo sus productos desde las veredas. 

Los populares helados de Salcedo se venden también en las playas. Foto: Archivo EL UNIVERSO

La demanda de estos helados ha crecido considerablemente, en parte gracias al turismo y la apreciación de los sabores tradicionales y auténticos. Además, las nuevas generaciones de productores continúan innovando, experimentando con nuevos sabores y técnicas para mantener la relevancia y atractivo del producto. 

Los helados de Salcedo no solo son un postre popular para refrescarse y endulzar un momento, sino también un símbolo cultural que se honra con un monumento de una enorme paleta de helado en la entrada de la ciudad de Salcedo. Desde sus humildes inicios en un convento franciscano hasta su estatus actual como producto apreciado a nivel nacional, estos helados representan un legado de sabor y tradición que continúa deleitando a ecuatorianos y visitantes por igual.  (I)

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Alexandra Zurita

Periodista con más de 20 años de experiencia, 10 de ellos en contenidos gastronómicos. Sin recetas secretas frente al teclado, escribir nunca supo tan bien como ahora.

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