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24 de octubre: Día Internacional del Champagne 

Es la bebida elegante y para celebrar por excelencia y qué mejor manera de festejar su fecha que descorchando una botella de su burbujeante contenido.

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Alexandra Zurita

Degustación en viñedos verdes de Champagne, en Francia. Foto: Shutterstock
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Ya es común ver que en la premiación de competencias de automovilismo y ciclismo el campeón abre una botella de champán para celebrar su triunfo (en 2019 vimos a Richard Carapaz al ganar la medalla de oro del Giro de Italia). La primera vez que sucedió fue en la competencia automovilística Pekín-París en 1907. 

De hecho, en ese tiempo el premio de esas carreras era solo una botella de champán. Esto fue ganando popularidad y en 1950 para el Gran Premio de Francia, la marca Möet & Chandon ofreció su producto al ganador de la competencia que se celebró en la provincia de Champaña-Ardenas. 

El champagne, consumido en diversas celebraciones. Foto: shutterstock

El champagne o champán o champaña, en español, es una de las bebidas más famosas y deliciosas del mundo que, además, se asocia con la elegancia y el glamur. Es un vino espumoso, originario de la región de Champagne, al noreste de Francia, que se elabora bajo un método llamado champenoise

Champagne que no es champán

El champán se diferencia del vino por su contenido de anhídrido carbónico natural y que se consigue por la fermentación alcohólica del mosto de la uva. Tampoco se trabaja en barrica, sino en botella y se le añaden levaduras que con el tiempo forman burbujas muy finas que se alimentan del azúcar.

Para que el champagne sea champagne tiene dos requisitos: uno y el más importante, que sea producido exclusivamente en la región de Champagne en Francia. Es decir, ese champán que dice ser de España no lo es… es cava o vino espumoso. Y dos, que las uvas usadas para su elaboración sean las oriundas de la misma zona: pinot noir (tinta), pinot meunier (tinta) y chardonnay (blanca). 

Cosecha de uva en Champagne, en Francia. Foto: Shutterstock
Cosecha de uva en Champagne, en Francia. Foto: Shutterstock

Este tema es tan importante que la Denominación de Origen de los vinos espumosos franceses está protegida por la Unión Europea.

El champagne nació como un accidente. El monje Dom Pierre Pérignon estaba a cargo de una bodega de vinos en una abadía benedictina en la región francesa de Champagne en el siglo XII, cuando descubrió que en invierno estos generaban burbujas que hacían saltar los tapones y explotar las botellas. Aunque al inicio trató de ocultarlo, probó la bebida y descubrió su gran sabor. Se hizo popular en el siglo XVII cuando la corte francesa la puso de moda y se empezó a distribuir a los mercados internacionales a partir del siglo XIX. 

Para tomar champán…

  • Hay que beberlo entre 8 y 12 grados centígrados para disfrutar de su sabor y aroma. 
  • Hay que tener cuidado con el corcho porque este puede salir disparado a más de 65 km/h
  • Hay que tener presente su cantidad de azúcar, sobre todo si se es alguien que se cuida en ese tema. El Brut Nature no tiene azúcar añadida, por lo que contiene máximo tres gramos de azúcar por su fermentación. Extra Brut cuenta con cero a seis gramos de azúcar; Brut, hasta 12 gramos por litro; Extra Dry, de 12 a 17; Sec, de 17 a 32; Demi-sec, de 32 a 50; y, Doux, tiene 50 o más gramos de azúcar por litro. 
  • Las botellas deben ser oscuras y de cristal grueso para resistir la presión de las burbujas que pueden ser alrededor de 49 millones en una botella de 750 ml. 
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Alexandra Zurita

Periodista con más de 20 años de experiencia, 10 de ellos en contenidos gastronómicos. Sin recetas secretas frente al teclado, escribir nunca supo tan bien como ahora.

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